Feliz año nuevo 2015. Para comenzar el año, en reto. Sí, todo el mundo teme que le pidan hacer una tarta de Frozen. ¿Por qué? Porque el modelaje de la protagonista Elsa es tan complicado que pocas veces tiene buen resultado. Más de una vez para salir del paso he visto comprar una Elsa de juguete para evitar tener que modelarla. Pues yo me atreví, y costó (vamos que si costó). Pero estoy muy satisfecha con el resultado.
Lo de Olaf, ese muñeco de nieve al que tanto le gusta el verano, es diferente. Su complejidad es mucho menor, aunque también tiene lo suyo.
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Preferí no cubrirla de fondant. Sé que es mucho más cómodo cubrir una tarta de fondant porque "protege" la tarta y quedan con un aspecto más pulido. Pero sinceramente: ¿a quién le gusta comerse el fondant? Casi todo el mundo lo aparta, por eso yo prefiero que mis tartas sólo lo lleven para decorar, no para cubrir.
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En concreto esta tarta llevaba 5 capas de bizcocho de chocolate húmedo y estaba rellena y cubierta con crema de queso con sabor a naranja. La decoración elegida fueron las rosas de crema en 3 tonos degradados: azul, azul claro y blanco.
Para decorarla usé copos de nieve de fondant hechos con un cortador, unas perlitas y azúcar azul.
La peque cumplía 4 añitos y al parecer le encantó, tanto a ella como al resto de invitados.
Creo que el resto está superado. Qué mejor forma de comenzar el año...
Por cierto, quién no haya visto la peli se la recomiendo.
La canción que se marca Olaf sobre el verano es de lo mejorcito que ha hecho Disney en los últimos años. No puede gustarme más jeje.
Besitos helados!