Llevo enamorada mucho tiempo de estos bombones de colores que parecen piedras preciosas. Desde que me enganché a Instagram conocí la cuenta de Nectar & Stone y flipé cuando vi estas maravillas de la repostería. Eran joyas, piedras preciosas de infinitos colores y decorados con oro comestible. Empeñada estaba en hacerlas exactamente iguales, y tras hacer varias pruebas os enseño el resultado.
¡Son una delicia!
Lo primero que tuve que conseguir era el molde. Necesitaba el molde para bombones en forma de pirámide o joya, y tras mucho buscar lo encontré en Amazon.
El siguiente paso fue probar a derretir el chocolate negro y el chocolate blanco. El resultado perfecto, sólo tenía que fundirlos, rellenar el molde y enfriar en la nevera.
Se abrían cientos de posibilidades, de rellenos, de diseños. Pero lo primero era lo primero: mi pretensión de emular los bombones famosísimos en el mundo entero de Nectar & Stone, procedentes de Melbourne (nos queda un poco lejos jeje). Finalmente, tras algunas investigaciones preferí usar chocolates ya coloreados que teñir el chocolate blanco con colorantes liposolubles. Es más cómodo. Compré chocolates de colores y para buscar las tonalidades se van mezclando unos con otros.
La siguiente incógnita eran esas manchitas negras que les dan aspecto de rocas o piedras preciosas. ¡Son oreos! Oreos trituradas que componen el relleno de los bombones.
Para terminar la decoración se usa papel de oro comestible, y así lo hacemos un postre de lo más exclusivo y elegante, ya que el coste aumenta considerablemente.
El resultado merece la pena, y comerlos es una delicia. Un capricho maravilloso.
Espero que os guste, y en breve iré probando otras combinaciones de tonalidades para crear conjuntos diferentes. Ay que ganitas tengo. ¿Un bocadito?
Besos de chocolate y oro.