Así es. Como leéis. Me declaro en contra de las tartas cubiertas de fondant a no ser que sea estrictamente necesario, por que el diseño lo exija. No, no y no al fondant sobre las tartas. El fondant tiene como mejor papel el de decorar la tarta, mediante diferentes modelados que le den el toque final espectacular.
La cuestión es que tras muchas tartas fondant rara vez he visto un plato que no acabara con el fondant apartado en una esquina, aunque sea el fondant más caro y supuestamente más rico que haya.
Y sí, estoy enamoradita. ¿De quién? De las tartas de capas cubiertas de crema. ¿Qué decoración hay más elegante, espectacular y deliciosa que una hecha con manga pastelera? Los layer cake son sin duda amor absoluto, por lo sencillo, lo vistoso, lo elegante y lo delicioso.
Además podemos jugar con los diferentes colores de la crema, y con las diferentes formas y diseños que nos permiten las boquillas tan variadas que hay. Yo sinceramente, me declaro fan absoluta de este tipo de tartas.
Esta tarta la hice con la receta de la Blueberry cake, pero la crema no lleva sabor a arándanos, sino que es una sencilla crema con pasta de vainilla. La combinación de colores me chifla.
Espero que os guste mucho y os hagáis fan como yo de este tipo de tartas, si es que no lo sois ya.
Aquí tenéis un trocito.
Besos!